martes, 23 de noviembre de 2010

POR LOS SIGLOS Y LOS SIGLOS




Todos vamos a dar al final al lugar donde viven los muertos, algo debe tener de bonito pues nadie regresa…así, de manera jocosa, pero también nostálgica y respetuosa, es como los mexicanos invitan a los que ya se fueron a convivir en el mundo terrenal, el día de muertos como culto popular, es un acto que lo mismo nos lleva al recogimiento que a la oración o a la fiesta.


De esta forma, la UNAM se une a esta tradición, realizando el Décimo Tercer Festival Universitario de Día de Muertos Megaofrenda 2010, llamada en esta ocasión: por los siglos y los siglos, al que por supuesto asistimos. Primero, se debe decir que hubo 83 ofrendas tradicionales, con la temática de los 100 años de la máxima casa de estudios, así como el bicentenario y centenario de la independencia y la revolución respectivamente.

El espacio conocido también como las islas, se llenó de un ambiente de entusiasmo, alegría, asombro y sobre todo mucha diversión, esto por el conjunto de ofrendas, en los que destacaron personajes políticos y sociales como Carlos Monsivais, Rosario Castellanos, Josefa Ortiz de Domínguez, Miguel Hidalgo entre muchos otros personajes emblemáticos; lo anterior acompañado de los conciertos de rock, danzas aztecas, música latinoamericana y las espectaculares catrinas, que siempre estuvieron dispuestas a tomarse la foto del recuerdo.


Continuando con el recorrido que realizamos observamos que la oportunidad de exhibir las ofrendas estuvo abierta a todos por igual, ya que hubo desde la ofrenda autónoma autogestiva que evidenciaba conflictos sociales, pasando por un tianguis en donde el marchante podía comprar el kilo de lengua de político por tan solo $19.90 el kilo, así como cabeza de narco a $25. 50 el kilo; hasta la titulada ángeles de la revolución mostrando a los personajes más relevantes de dicha gesta.

De esta manera terminamos nuestro recorrido por las islas de CU, alegres de haber participado en esta fiesta que nos recuerda lo que dice Mario Benedetti: después de todo, la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida.


Angélica Cortés.

Mayra Salinas